Alquilar una casa cerca de las pistas de esquí cuesta 560 euros semanales, lo que supone una caída del 1,75 %, respecto al año pasado, cuando la renta semanal era de 570 euros; y del 3,11 % frente a hace tres años (578 euros), según el portal inmobiliario pisos.com. Por otro lado, decidirse por esta opción es un 44 % más asequible que alojarse en un hotel, donde el gasto medio semanal asciende a 1.008 euros2.

El Pirineo de Lleida, que alberga puntos de referencia como Baqueira Beret o Boí Taüll, sigue siendo el enclave más caro para pasar unos días practicando esquí. Los inquilinos pagarán 1.080 euros por semana. Los que tengan el presupuesto más ajustado deberán dirigirse este año a las pistas turolenses, donde el alquiler semanal es de 342 euros, un 3,6 % más que la pasada temporada. Este porcentaje de subida es el más alto de 2015, y también ha sido registrado por las pistas asturianas, compartiendo podio con Teruel. Cantabria, la cuna de Alto Campoo, es la que más ha caído este año: un 3,6 %.

El listado de zonas de esquí que superan los 500 euros de renta semanal lo completan Granada (590 euros/semana), donde a los amantes de la nieve les espera Sierra Nevada; Girona (585 euros/semana), provincia en la que se hallan estaciones como La Molina o Masella; y Huesca (520 euros/semana), en la que esperan enclaves tan importantes como Formigal o Candanchú. Por debajo de los 400, además de Javalambre y Valdelinares, a los esquiadores les recibirán Fuentes de Invierno y Valgrande-Pajares, en Asturias (373 euros/semana); y La Pinilla, en Segovia (370 euros/semana).

Lleida y Cantabria son las dos únicas provincias donde el alquiler de este tipo de propiedades ha subido con respecto a 2012, un 24,1 % y un 7,1 %, respectivamente. En cuanto a las mayores caídas, hay cuatro provincias donde se superan los dos dígitos de recorte frente a hace tres años: La Rioja (14 %), Segovia (12,9 %), Teruel (12,5 %) y Asturias (12,2 %).