Según el estudio “La demanda de vivienda en España”, elaborado por Casaktua, el 27 % de las personas que tienen previsto mudarse a corto o medio plazo estaría dispuesto a trasladarse a una zona céntrica depreciada. De hecho, el 86 % considera que este tipo de barrios se encuentran actualmente en pleno proceso de revalorización y, además, 6 de cada 10 piensan que todavía existe la posibilidad de encontrar viviendas con buena relación calidad/precio.

Precisamente este proceso de transformación urbana se ha denominado gentrificación, según el cual, un barrio depreciado comercialmente y residido por personas de renta baja del centro de la ciudad, comienza a ser habitado por personas de mayor nivel económico, al encontrar una buena relación calidad/precio de los inmuebles y otras ventajas como la comodidad, el encanto de vivir en el centro y las posibilidades de rehabilitación de estas viviendas.

Con este movimiento se produce un desplazamiento de la población originaria en favor de estos nuevos vecinos y se termina por revalorizar el precio del suelo. Un proceso de cambio que ya han experimentado barrios como el de Chueca en Madrid; Clinton Hill, en Nueva York, y Clerkenwell, en Londres.

Entre las personas interesadas en mudarse a una vivienda en régimen de alquiler, el 30 % dice que se trasladaría a una zona del centro devaluada, el 43 % tendría que pensárselo más y el 27 % no incluiría esta alternativa en sus opciones de búsqueda. Sin embargo, de los que piensan comprar, el 22 % reconoce que no tendría problema de adquirir una vivienda en un barrio céntrico poco valorado, el 43 % tendría que reflexionarlo y el 35 % no contemplaría esta opción.

De este modo, parece que los españoles están convencidos de que puede haber una situación favorable para que se pueda dar un proceso de gentrificación. Las personas que residen actualmente en el centro son más propensas a buscar vivienda en una zona céntrica depreciada. Según el estudio, el 20 % de los que viven en el centro se iría a una zona devaluada. El 80 % restante no lo haría o tendría que pensárselo detenidamente. De los que viven actualmente en las afueras, solo el 10 % se trasladaría a esta ubicación. Por edad, los jóvenes (25-35 años) son los que mayor interés demuestran. De hecho, un 22 % no lo dudaría. Lo mismo ocurre con aquellos que quieren ampliar la familia con hijos o que van a acoger a personas mayores.