Skip to content

Juan Moya gana el primer premio del Concurso Internacional de Arquitectura Richard H. Driehaus

La propuesta presentada por el arquitecto granadino Juan Moya, ha sido ganadora del Concurso Internacional de Arquitectura Richard H. Driehaus, dirigido a la preservación del patrimonio cultural mediante la práctica de una arquitectura y urbanismo sostenible que de continuidad a las tradiciones locales y con ello la puesta en valor del tejido social y la identidad.

El Concurso ha sido organizado, gracias al apoyo de Richard H. Driehaus Charitable Lead Trust, por INTBAU (International Network for Traditional Building Architecture and Urbanism), el Ministerio de Fomento, a través de la Dirección General de Arquitectura, Vivienda y Suelo, el Ministerio de Educación, Cultura y Deporte, a través de la Dirección General de Bellas Artes y Bienes Culturales y de Archivos y Bibliotecas, el Premio Rafael Manzano Martos y el Consejo Superior de Colegios de Arquitectos de España.

El proceso ha constado de dos fases sucesivas: en una primera fase se han seleccionado emplazamientos en toda España quedando seleccionados los municipios de Vejer de la Frontera, Grajal de Campos y Jaca, y en una segunda, un jurado de alto prestigio internacional ha valorado y premiado las mejores propuestas de diseño urbano para cada una de las localizaciones previamente seleccionadas.

El proyecto de Juan Moya para el futuro desarrollo de Vejer de la Frontera (Cádiz), ha planteado como exponente una crítica profunda a ciertos aspectos de la ciudad moderna, que han provocado en los últimos tiempos que la estructura urbana se haya desmembrado. Este aspecto ha aumentado su vulnerabilidad favoreciendo la llegada de focos productivos masivos como el turismo teniendo como consecuencia la gentrificación urbana, la división social y el reemplazamiento de actividades y usos propios de la ciudad por actividades mono-productivas de gran escala.

La propuesta presenta un nuevo modelo urbano que rescata de la tradición la compacidad y la cohesión urbana, la movilidad peatonal y la diversidad de usos y escalas permitiendo integrar armónicamente la mixtura social y resolver adecuadamente las conexiones entre el suburbio moderno y el paisaje natural. La micro-escala urbana permite el equilibrio de convivencia entre usos plurales, evitando la concentración de focos masivos productivos y dispersando de manera equilibrada las diferentes actividades de la ciudad. La movilidad peatonal y el uso de los recursos locales, tanto humanos como naturales, contribuyen igualmente a dotar de equilibrio y sostenibilidad a los nuevos crecimientos y por tanto, conferir solidez y estabilidad al sistema urbano estratégico propuesto.