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Los estudiantes extranjeros se convierten en los inquilinos favoritos de los caseros españoles

“Se ofrece piso en alquiler para el curso. Solo estudiantes, preferiblemente Erasmus”. Este tipo de anuncios es cada vez más frecuente en las ciudades universitarias españolas, a medida que los propietarios se dan cuenta de las ventajas que ofrece alquilar sus viviendas a estudiantes extranjeros que solo están unos meses en nuestro país. En este sentido, Housing Anywhere, la plataforma líder de alquiler de viviendas para estudiantes a nivel internacional, ha multiplicado por cuatro su actividad en el último año en España y ha dado a conocer nuevos datos sobre esta tendencia.

Cada curso, España recibe a 42.000 estudiantes Erasmus, lo que nos convierte en el destino favorito de los estudiantes europeos según el reciente informe HousErasmus+. Sin embargo, de acuerdo con este mismo estudio, España es uno de los países que ofrece menos residencias para estudiantes, con solo 90.000 plazas frente a las 375.000 de Francia o las 113.000 de Países Bajos (un país que tiene casi tres veces menos población). Además, el precio medio de estos alojamientos es alto: se pagan alrededor de 650 euros al mes por una habitación en las residencias públicas y cerca de 800 euros en las privadas. En contraste, alquilar una habitación en un piso de estudiantes cuesta una media de 420 euros mensuales, así que la mayoría de extranjeros elige esta opción.

En concreto, el 75 % de los estudiantes internacionales que visitan España se alojan en pisos compartidos, el 19 % en estudios o apartamentos individuales, el 4 % en residencias para estudiantes y apenas un 2 % en casas de familias u otros alojamientos. Estas últimas opciones se usan sobre todo al principio de la estancia, pues a menudo los Erasmus pasan algunas semanas en una residencia o con una familia mientras encuentran un piso compartido.

Por su parte, los propietarios españoles están cada vez más interesados en alquilar sus viviendas a estudiantes extranjeros, por diversas razones. La principal es que realizan estancias breves (una media de 3 meses según los datos de Housing Anywhere), frente a los 3 años de duración que tiene un alquiler convencional; pagan precios de mercado o incluso ligeramente superiores (422,06 euros por habitación de promedio, aunque los precios se disparan en ciudades como Madrid o Barcelona); y en general no resultan conflictivos. Esto permite a los propietarios alquilar sus viviendas con la flexibilidad de poder disponer de las mismas al cabo de pocos meses, ajustar los precios del alquiler en función de la evolución del mercado para obtener una mayor rentabilidad, y evitar problemas como los que genera el alquiler turístico.