
Se estima que en España la construcción industrializada representa entre el 1% y el 2% del total de las construcciones, aunque sufre un importante retraso en relación con países de nuestro entorno como Alemania, Países Bajos o Reino Unido.
Para Mace representa el 10% de su volumen de negocio. “La industrialización de la construcción precisa de la amplementación en la fabricación de metodología Lean -estandarizar y optimizar procesos y resultados, reducir costes y plazos y aumentar la seguridad-, el empleo de la digitalización y de nuevas tecnologías”, señalan desde Mace.
Este modelo puede ofrecer ventajas a medio/largo plazo como la mejora de la calidad, con trazabilidad de materiales y mayor control sobre posibles incidencias y su solución; mejora en los plazos, el ensamblaje en obra es más rápido y permite simultanear tareas; optimización de costes, sobre todo en proyectos que precisan una rápida ejecución (hoteles, residencias o edificios para alquiler) y reducción de costes indirectos; mejoras sociales con creación de empleo y aumento de la seguridad; abaratamiento de vivienda; sostenibilidad y construcción circular con optimización de materiales, menor consumo/desperdicio, gestión de residuos y reaprovechamiento a la finalización de la vida útil del edificio”, señalan desde Mace.